En esta publicación te voy a desvelar cuáles son los errores que con mayor frecuencia se te pueden escapar en tus textos y cómo evitarlos o repararlos.
Tabla de contenido
¿Por qué tus textos deben de ser impecables y no contener errores?
Si en el plano presencial cuidas tu consulta física, en el mundo digital debes cuidar tu comunicación escrita. Los textos de tu consulta son tu presentación online.
Por lo tanto, es imprescindible que causes la mejor impresión con unos textos sin errores, sin faltas ortográficas ni gramaticales.
Pero escribir bien va más allá de la ortografía y la gramática. Existen otra serie de factores que influyen en la percepción de un texto: la estructura, la simplicidad, el ritmo, la comprensión, etc.
Estos son los errores más frecuentes que cometes en tus textos
A continuación te enumero los errores más básicos que debes evitar en tus textos para no asustar a tu lector y te doy consejos concretos para corregirlos.
Uso excesivo de adjetivos:
Si el contenido que aportas es de valor, no suelen hacer falta muchos adjetivos. No caigas en el error. Úsalos con medida, porque puede parecer que estás añadiendo paja.
De hecho, una sobredosis de adjetivos es contraproducente, sobre todo si no lo puedes demostrar. Cuidado con afirmaciones como “el mejor», ya que suena tan impreciso como sospechoso.
Abuso de adverbios:
Los adverbios son otro elemento que pueden causar confusión. Si los analizas bien, la mayoría no aportan nada y se pueden eliminar.
Por contrapartida, intenta usar verbos que tengan ese mismo significado. Por ejemplo: “correr” en lugar de “ir deprisa”.
Tecnicismos:
Es un gran error emplear demasiadas palabras técnicas. Tu texto debe ser comprensible para un niño de 8 años. Por eso debes evitar los tecnicismos y emplear un tono conversacional.
Si usas algunas palabras técnicas, debes asegurarte de que tu lector ya conoce su significado o darle tú mismo la definición.
Frases largas y párrafos interminables:
Las frases largas dificultan la comprensión y acaban despistando al lector. Deben contener pausas suficientes para poder respirar, mediante signos de puntuación.
De la misma manera, los párrafos largos pueden causar aburrimiento y provocar que tu lector abandone la lectura. Sé simple y concreto.
En conclusión, procura escribir frases que no superen las 15-20 palabras y que tus párrafos no tengan más de 3-4 líneas.
Monotonía o ausencia de ritmo:
¿Crees que el ritmo solo importa en la música? Pues en la escritura también es un factor a tener en cuenta. Un texto monótono puede llegar a aburrir a tu lector y hacer que se marche.
Soluciona este error alternando frases cortas y largas para conseguir que tu texto tenga ritmo.
Desorganización de ideas:
Si no organizas bien las ideas de tu texto, el mensaje principal puede perderse y tu lector puede sentirse confundido. Establece una secuencia lógica antes de exponer tus ideas y guía a tu lector a través de esa estructura.
No usar listas, viñetas y encabezados:
Tienes la posibilidad de organizar bien las ideas en tu texto mediante elementos como los encabezados, las listas y las viñetas.
Cuando tengas que mencionar varios elementos, usa listas y viñetas. Son más agradables de leer y se recuerdan mejor.
Por otra parte, puedes usar los encabezados para ayudar a dar estructura a tu mensaje y mantener la atención de tu lector.

Demasiadas ideas de relleno:
Cuidado con introducir ideas que no aportan nada nuevo. Selecciona bien las ideas principales de tu mensaje y evita hacer repeticiones o incluir más ideas de las necesarias. Identifica las ideas más importantes y sintetízalas.
Elimina de forma definitiva todo aquello que no afecta al significado del mensaje cuando lo suprimes. Si el texto pierde sentido al eliminar una frase, es porque se trata de una idea principal.
Hablar de “yo” o “nosotros”:
No hables de forma repetida de «yo» o «nosotros». Esto es otro error y puede resultar pedante. Recuerda que le estás hablando a tu cliente y él tiene que ser el centro de tu mensaje.
En este artículo encontrarás más información sobre cómo establecer una relación de cercanía con tu lector: Copywriting emocional en tu consulta (Parte II): cómo conectar con tu paciente o cliente ideal para que contrate tus servicios.
No dirigirte a tu lector:
Dirígete siempre a tu lector usando la segunda persona del singular: habla de “tú” o «usted». También es importante que evites los verbos en infinitivo y la voz pasiva, porque son impersonales y le restan efecto a la acción.
No realizar preguntas:
Formular preguntas a lo largo del texto es un recurso muy útil para mantener la atención de tu lector y que sienta interés por seguir leyendo. Distribúyelas de forma estratégica según la longitud de tu texto.
No usar verbos de acción:
Existen una serie de verbos con gran poder de persuasión que invitan al lector a tomar acción. A estos verbos se les denomina “verbos de acción”.
En tus textos puedes usar verbos de acción como: lograr, proteger, entretener, dominar, transformar, recordar, disfrutar, conquistar, controlar, alcanzar.
En este artículo encontrarás ejemplos de algunos verbos de acción: Palabras mágicas para persuadir y convencer pacientes/clientes [EJEMPLOS]
Olvidar las transiciones:
No basta con exponer de manera ordenada tus ideas, sino que debe existir una conexión entre ellas.
Puedes conectar ideas de párrafos diferentes mediante transiciones o conectores. Existen diversas categorías de transiciones según el matiz que aportan al mensaje.
Aquí tienes algunos ejemplos de conectores: pero, porque, aunque, sin embargo, por un lado, asimismo, en general, en conclusión, etc.
No incluir metáforas:
Las metáforas y las analogías son un recurso muy interesante a utilizar, ya que aumentan la conexión y la empatía con tu lector. Ayudan a comprender los mensajes y hacen que se recuerden mejor.
Últimas recomendaciones para evitar que tus textos contengan errores
Lo más recomendable es que comiences a escribir todo el texto sin parar, sin filtro, como mucho con una estructura general de base para las ideas.
Una vez hayas redactado todo tu mensaje, déjalo reposar entre 24-48 horas. Deja pasar este período de tiempo para ver tu propio texto con otros ojos.
A continuación podrás comenzar con la fase de edición. Puedes ayudarte de un editor de texto para revisar faltas de ortografía y gramática, pero no olvides repasar también los elementos que te he comentado anteriormente.
Es el momento de examinarlo todo al detalle, detectar si has cometido algún error y corregirlo.
¿Te atreves a confesar cuál es el error que cometes con más frecuencia en tus textos?